[Un inciso, pero de los mejores. Un alegato extemporáneo al público en abstracto, para la eternidad. Con ustedes, Kurt Tucholsky.](1931)Oh, venerado público,
dime una cosa: ¿de verdad eres tan tonto,
como nos dicen todos los días
todo tipo de empresarios?
Cada director de trasero gordo
dice: “¡Si el público lo quiere así!”
Y cada botarate del cine: “¿Qué quiere que haga?
¡Si el público pide esas cosas melosas y cursis!”
Todo editor se encoge de hombros y dice:
“¡Si los buenos libros no se venden!”
Dime entonces, querido público:
¿De verdad eres tan tonto?
¿Tan tonto para que en los periódicos, de mañana o de tarde,
haya cada vez menos que leer?
¿Por el solo temor a que te puedas sentir ofendido;
por el puro miedo a que alguien se pueda sentir perseguido;
por la sola preocupación a que los señores Müller y Cohn
amenacen con cancelar su suscripción?
Por el sobresalto a que al final
venga alguna de las numerosas organizaciones del Reich
y empiecen las protestas y las denuncias
y las manifestaciones y los procesos…
Dime, querido público:
¿De verdad eres tan tonto?
Pues entonces…
Pesa sobre este tiempo
la maldición de la mediocridad.
¿De verdad tienes tan mal estómago?
¿Es que no puedes aguantar la verdad?
¿Es que es cierto que sólo puedes digerir papilla?
Pues entonces…
Sí, entonces te lo tienes bien merecido.