En Londres, a comienzos de siglo:
Sí, los tiburones tienen dientes muy blancos, cariño; dientes de verdad, muy relucientes y afilados. Y los muestran, los muestran siempre, tan brillantes y malos. Aquél, Mack The Knife, o Mackie Messer, solía asolar las calles de Londres, él solito, ese tal Mack. Las esquinas oscuras, los domingos azules, la playa y las riberas solitarias del río. Un cuchillo llevaba el tal Mack, y lo escondía, lo escondía siempre, para tenerlo fuera de vista.
¡Desapareció Schmul Meier! Y a Jenny Towler, con un cuchillo clavado en el pecho la encontraron. Y a una viuda pequeña, muy joven, y después un gran fuego en Soho, siete niños muertos y un anciano gris. Un saco de cemento echó Mack al río, con mucho peso, ya sabes tú para qué, que no debe volver a flote. Todos gente de dinero y sin nada en los bolsillos, pero que no le pregunten a Mack, porque nada sabe él. En Londres, donde algunos están en la oscuridad, y otros están en la luz. Pero sólo se ve a los que están en la luz, a los del lado oscuro, a ésos no se les ve.
Louis Armstrong y la balada de Mack el Cuchillo (y ojo a los dientes de Louis...) O el Mackie Messer de Bertolt Brecht y Kurt Weill. En Londres, un tal Mack a comienzos de siglo...
Mack The Knife by Louis Armstrong